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¿Estamos dándole demasiado importancia a las radiografías?

  • Yolanda Rama

    Yolanda Rama

  • junio 22, 2025
  • 2 min de lectura

Hay algo curioso que ocurre una y otra vez en el mundo de la doma clásica: caballos que no “pasan” el examen veterinario precompra… y terminan brillando en las pistas. Y otros que parecían impecables en las radiografías, acaban teniendo problemas de salud a los pocos meses.

¿Te ha pasado esto alguna vez?

Os voy a contar una historia real.

Hace más de dos años, en Gallery Horse, presentamos a un gran caballo de Small Tour a un muy buen cliente, un caballo con unos resultados impecables a lo largo de los años en Small Tour. Todo iba perfecto hasta el día del examen veterinario precompra. Durante los test de Flexión el caballo dió positivo en una extremidad. El informe veterinario le hizo dudar al cliente, pero a pesar de eso confió en su ojo, en su intuición y en lo que había sentido al montar. Y compró el caballo.

Hoy, ese caballo compite en nivel Gran Premio, nunca ha visitado una clínica por cojera y sigue feliz y sano.

Mientras tanto, otros que pasaron los chequeos “con nota” han tenido de todo: problemas musculares, lesiones blandas, incluso cólicos sin explicación.

No malinterpretemos: el examen veterinario precompra es importante. Pero las máquinas y equipos de hoy en día detectan hasta la más mínima irregularidad —y muchas veces eso no significa nada en el desarrollo deportivo del caballo. Un “hallazgo” no es una sentencia.

Nosotros creemos que hay preguntas mucho más valiosas:

  • ¿Está el caballo rindiendo al nivel que necesitas?
  • ¿Se mueve con soltura, ganas y equilibrio?
  • ¿Cuál es su historia de entrenamiento, su temperamento, su entorno?

En Gallery Horse, hemos aprendido que los buenos caballos no siempre vienen con informes veterinarios perfectos. Y también hemos aprendido que los informes perfectos no garantizan una buena carrera deportiva.

Las radiografías son herramientas, no oráculos. El verdadero valor está en ver al caballo trabajar, sentirlo bajo la silla, conocer su historia y evaluar su disposición.

Porque al final del día, lo que buscas no es perfección en el examen veterinario. Buscas un compañero de viaje, un atleta que vibre contigo, que quiera ir contigo más allá de la pista.

Y ese tipo de caballo… rara vez se encuentra dentro de una imagen en blanco y negro.

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